sábado, 13 de marzo de 2010

Cazador de ballenas en Bolivia

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La vocación es un capricho, el más sorprendente de los caprichos, Javier quiso ser escritor en la Latinoamérica andina. Y no se dio cuenta que su decisión es tan descabellada como proponerse ser cazador de ballenas en Bolivia. Una país mediterráneo, un país sin mar.

De la hora nada se sabe, y no importa, pero fue un 14 de noviembre de 1965. Es un genio, lo dice Gabriel, tu hijo, y es que quizá se lo contaste, siempre fuiste el mejor, y nunca tuviste que desvelarte con un libro a cuestas, pero él va más allá de eso, te ve, eres su padre, eres su amigo, su ama de casa, tiene razón, eres un genio. No cualquiera decide ser periodista, solo porque sabe y le gusta escribir, porque quiere ser escritor, y que mejor opción que en la que te paguen por hacerlo. Periodismo, de casualidad o simplemente porque no quisiste ser profesor. Sabemos que al final de todo, lo de decidiste, periodista porque querías ser escritor.
Sabías que lo eso significaba acá, en Perú, donde todos creen que los escritores ya están muertos, donde vivir de escribir, es peor que sobrevivir. Pero esos caprichos un adolescente que acaba de abandonar la escuela, no lo entiende. Así que la travesía empezó en la escuela de periodismo Jaime Bausate y Meza, cinco años de los que añoras solo dos.
Pero no eres el escritor perfecto, el ser ama de casa a la par, debe dejar algún cabo suelto en la perfección, él cocina pero deja todo sucio, tiene que venir alguien a limpiar, o sino está su novia, además eres desordenado, cuando hablé con Gabriel, la casa estaba desordenada, y eso que dijo que estaba considerablemente ordenada, porque acababan de limpiar. Que hay ocasiones que está peor, que los muebles son para que los libros tomen el lugar de nuestros cuerpos.
Además podría considerarse la infidelidad, como tu segundo punto débil, secretamente puedes estar amando, continuar amando a Milagros, la madre de Gabriel, tu ex esposa, solo por el hecho de haberte dado tan maravilloso hijo, te mintió cuando te dijo que no te encargarías del niño, y eres feliz por ello, eres feliz porque Gabriel está contigo. Eres feliz, porque estás enamorado, las fotos de tu novia en la pared lo dicen todo.
En una palabra, amigo, que mejor manera de calificarte, lo dice Juan Carlos, tu amigo de infancia, treinta y dos años de amistad, son más que suficientes, para recibir ese grado en la vida de alguien. Pasa también a delatarte, piensa todo el tiempo en él (Gabriel), en todas las reuniones suele hablarnos de Gabriel, hay que creerle, lo dice él, es tu amigo, y lo dice el brillo de tus ojos cuando se menciona el nombre de tu ‘niño’ en la conversación.
Ahora abandonaste el periodismo y por fin, escribes, solo escribes. En el 2001 publicaste tu ópera prima, “El Beso de la Flama” en España, tres años más tarde en el 2004 la traducción de éste, en Portugal “O beijo da chama”, con esta publicación llegó parte del sueño, irías a vivir a Europa.
Para ese entonces trabajabas en el Ministerio de Educación, y decidieron enviarte a dar algunos talleres a unos maestros, Ahí fue el desastre, lo dices tú, quién pensaría que personas así enseñarían en el Perú, tu mundo era diferente, naciste en La Victoria, pero tu mundo era distinto, vivías encerrado en tu propio universo, y tu círculo de vida se acortó, estabas circunscrito al casco urbano, desconocías las falencias educativas del país. No podías comprender que las personas que tenías delante fueran profesores, los invitaste a escribir un texto, vaya sorpresa escribieron de todo menos lo pedido, era una burla, no sabían escribir, no sabían siquiera redactar algo básico, ahí terminó aquel día del año 2002. Luego algunos de los profesores que habían sido tus alumnos, te invitaron a desarrollar un plan lector en un colegio de la Av. La Marina, y así fue, empezaron su plan lector, volviste a ingresar a algunas de esas aulas de colegio nacional, la sensación fue la misma, los resultados paralelos, fue espeluznante, estos niños no sabían leer, ni siquiera habían tenido un libro antes, pensaban que los escritores ya no existían, que todos estaban muertos y se emocionaban al saber que habían terminado uno de los libros, de los cuatro que incluía dicho plan lector.
El Perú atravesaba (o atraviesa) una situación de emergencia, las personas, no leen.
Es así que la idea nace, el Perú debe tener un meta nacional de lectura, para que sirviera como acicate y así todos se enfocaran en la idea que un niño no lee no porque sea bruto o no le guste, no lee porque no le han puesto un libro bonito en sus manos, libros adecuados, revistas interesantes…
Así terminaste quedándote acá, realizando una acción mediática, se realizan eventos auspiciados por diferentes entidades, pero no hay políticas públicas eficientes, realizan las obras por el simple hecho de mantener al pueblo contento, al pueblo, pero no a ti, vas más allá de lo que tus ojos ven, no te pueden engañar, el Perú está igual. Llegaste al Ministerio de Educación, debías instalar el plan lector de manera formal, y nacional.
Si no lee tu hijo es otro pobre más…
Javier, reflejas acaso, así, a tu hijo, estás orgulloso de él, alguien que prefiere leer algo, o hacer música, antes que sentarse horas frente a la caja boba, la televisión, que afirmas no está hecha para adormecer al pueblo, porque somos nosotros los que decidimos que ver y que no, en el peor de los casos, si verla siquiera o no.
Tanta es la necesidad, que nace ReCreo “libertad, placer y pasión por leer”, como empresa privada, que es un proyecto de inversión social para el desarrollo del capital humano en el Perú, buscando reducir así la pobreza, el objetivo de este proyecto es que los alumnos de los colegios lean un libro por mes, y así doce libros al año, harán lo necesario para cumplir la meta, vestirse de escolares, e ir así a los colegios, amanecerse editando libros, obras de 300 – 400 páginas, reducirlas a quince para que así puedan ser publicadas en algún diario de circulación regular que lo haga por los beneficios económicos o no, lo hace al fin y al cabo.
Al año de iniciado el proyecto ya tenías 2 500 niños ya jugaron a leer un libro, cifra por la que habría que sentirte orgulloso, pero sabes que aún falta mucho por recorrer, que la cifra comparada con la de la pobreza o con la de personas que nunca han visto un libro siquiera es abismal.
Gracias a ReCreo conociste las diversas realidades, te desenfrascaste de tu mundo y en medida de ello terminas de forjar el de tu hijo Gabriel. Quien dice eres un excelente padre, y no porque le estés financiando el proyecto de producción de su disco como compositor, sino que dice que realmente es cierto, que le encanta vivir contigo y solo vacacionar en Portugal con su mamá, que cualquiera pensaría que podría ser al revés, y solo vacacionar contigo, pero no, él es feliz donde está, y está contigo.
Ahora estás editando libros, obras inmensas para su posterior publicación en un diario de Lima, como dices, el trabajo está en tener que mutilar casi el 80% de la obra, sin que pierda su sentido, sin obviar parte alguna, cambiar las palabras, para que sea de rápida comprensión por todos, especialmente los niños, que son su público objetivo.
No hay descanso en el trabajo, si no estás editando, estás en provincia, donde asisten a escuelas que estén siguiendo este plan, y previamente preguntan si alguien ahí a leído algún libro del catálogo creado por el grupo ReCreo, sí es así, van a las escuelas a contarles un poco del programa, les explican los libros, les hacen escribir alguna historia, juegan con ellos a leer, tu motivación personal, el creer y tener la certeza de que con educación las cosas en el país pueden mejorar, que todos los problemas tienen su raíz en esta problemática.
La razón también por la que he hecho esto es porque tengo un hijo, afirmas también; será por eso que hay tanto ánimo por tu labor, porque jamás hubieras querido escuchar balbucear a tu hijo como a estos niños, cuando intentan leer, y porque sabes que no serás el que coseche de tu trabajo, sino Gabriel, y sabemos que merece lo mejor, que no se trata de ser un buen padre cuando se está al lado, sino también cuando ya no se está. Quizá no haya leído todos tus libros, pero los dejarás ahí para cuando decida hacerlo. Y como les dices a los padres de los niños con quienes juegas a leer, porque sus hijos son tu hijo, porque los niños del Perú, son tus niños, es así, porque tu mirada triste, refleja la pobreza del Perú, o el sentir o pesar por la realidad tan difícil que le tocó a tantos niños, realidad que ellos no pidieron vivir.

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