lunes, 31 de mayo de 2010

Tardanza es igual a ausencia, la solución una solicitud valorada

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Si la puntualidad es un arte y más que ello un valor que todos debemos practicar, entonces el concepto que tiene de esta palabra la Universidad San Martín de Porres es el correcto. Y así sus normas lo estipulan, los horarios de entradas, recesos y salidas de clases son exactos, y para aquellas clases de empiezan a las ocho de la mañana hay una tolerancia de 10 minutos, al igual que en el horario de las seis de la tarde.

Horarios que no siempre se respetan por las personas que se encuentran vigilando la entrada de los estudiantes, ya que en muchas ocasiones hemos observado que los alumnos del turno tarde también gozan de este beneficio de la tolerancia, algo que no está establecido, y que en los primeros de ciclos de la carrera hemos podido corroborar.

Lo que se nos dice e incluso se repite muchas veces es que esta norma sobre la puntualidad nos enseñará cuando estemos frente a una situación laboral real, y estamos de acuerdo con ello, pero y qué con las personas que sí desean asistir a clases, y viven lejos, respecto a ello se ha dicho que hagan un esfuerzo, salgan más temprano de sus casas, pero los imprevistos son eso, ocurren en cualquier momento no sabemos qué sucederá si salimos 10 o 15 minutos antes y un policía detiene el vehículo en el que estás, o si éste sufre algún desperfecto, ¿Acaso somos culpables de ello?

La medida nos parece algo exagerada ya que a cualquier hora puede ocurrir algún contratiempo, además que la universidad podría tomar otras medidas, que no sean privar a los alumnos, que llegan unos minutos tarde, de sus clases.

Otro punto que puede mencionarse respecto al tema, es que, como también es de conocimiento, muchos profesores tienen en cuenta la presencia en clases al momento de calificar a los alumnos, la solución más factible ante las ausencias es presentar una justificación en la Oficina de Registros Académicos, y el punto negativo es porque no poder presentar una justificación telefónica o personal, por parte del propio alumnos o en el peor de los casos por los padres o apoderados, ¿Por qué necesariamente hay que comprar una solicitud?

Ante esta situación podría presentarse la opción de acumulación de tardanzas en alguna cantidad y que éstas representen una ausencia a clases. Situación que podría ser controlada por cada profesor; y si todos somos capaces de redactar una solicitud, no sería necesario comprar una por cada justificación que se requiera presentar.
Lo que realmente se busca es alguna solución al tema o alguna pronunciación respecto al tema.

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Diferente, rara quizá, melómana, leo por placer, prefiero el invierno, caminar bajo la lluvia, y comer harto helado, demasiado analítica, y siempre sé más de lo que debiera

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